Facebook, contar historias para vender…

Hoy fue mi segundo día de trabajo en ARS Barquisimeto, aún estoy conociendo al equipo, desarrollando objetivos de lo que somos y, sobre todo, de lo que no somos en el área que me toca coordinar. Lo bueno es que conozco a muchos de mis compañeros de trabajo gracias a mi trabajo de docente en la UFT o porque son blogueros o twitteros y forman parte de mis redes 🙂

Una de las tantas conversaciones que tuve hoy, con mi querida @BelkisAraque (También es bloguera http://www.belkisaraque.com), y que motivó que reviviera mi blog, giró en torno a las preguntas ¿Cómo vendo en facebook?, ¿Cómo muevo a mis seguidores a conversar? y la más importante ¿Cómo le vendo, sin vender, mi marca?

Siempre he manejado mis redes desde el sentido común y desde mis corazonadas, les sonará loco y hasta arriesgado pero yo estoy clara desde hace muchos años. Se que estoy tratando con gente, se que allí se hacen amistades, que los sentimientos y valores importan más de lo que admitimos y  que nos gusta sentirnos cercanos.

Facebook, aunque nos parezca simple, es una de las redes más complicadas socialmente hablando, y cuando digo esto me refiero al cúmulo de interacciones y emociones, distintas, que se generan. El propietario del perfil o fan page sube una foto que, al verla, nos genera tristeza, felicidad, envidia… Exclamo con rabia, en mi estado, que me asaltaron e inmediatamente todos mis contactos responden con solidaridad. Y nos podemos hacer fan de nuestro cantante, periodista (que en mi caso es @SergioNovelli <3) para declararle nuestro amor platónico. Los sentimientos se ponen de manifiesto aunque usted no lo haya visto antes.

Contamos la historia de nuestra vida casi en el momento que ocurre y la documentamos con cualquier cantidad de contenido multimedia… Esas historias despiertan reacciones y hacemos a nuestras redes testigos involuntarios de lo que nos gusta, de lo que nos hace llorar, de lo que nos hace feliz y de lo que odiamos…

Así se debe vender en facebook, se deben contar historias, historias que muevan a los clientes, historias que se vinculen a su imaginario y a sus valores. Historias que afiancen la confianza que ya habían depositado en la marca. Al decirlo suena fácil. La publicidad y el marketing aún tienen paradigmas por derrumbar, pero el primer paso creo que ya lo estamos dando al tener conversaciones, en las agencias, como las que inspiro mi post.