Se puede tener un mejor Discurso Henrique

imagesHola Henrique, decidí robar un poco de mi escaso tiempo libre para escribirte. Empiezo poniendo las cartas sobre la mesa y confesando que no tengo moral para decirte nada, más allá de ser una ciudadana que vota, pues me retiré de la política antes de tiempo.

Hace años, asesoré a candidatos a consejos legislativos, y es que aún creo que son cargos subestimados porque se piensa, equivocadamente en mi opinión, que mientras más alto el cargo más importante o más se puede hacer y no siempre es así, tú lo sabes más que nadie. Pero estos al ganar el cargo nos iban sustituyendo por su familia o amigos o por gente a la que le hacían favores y el trabajo previo, mi trabajo, se iba a la basura.

Entre políticos aprendí a ser una desgraciada, además de perfeccionar todo el repertorio de groserías de las que me he deshecho desde que soy mamá, pero nada más y eso es triste. Me enfermé y me cansé de que me pagaran por un trabajo, que al final, no daba los frutos que esperaba y me rendí.

Me fui al sector privado, de vez en cuando algo me hacia ojitos y creía que me haría volver a la política, pero no, terminaba matando un tigre, dando clases o de regreso al sector privado. Un círculo sin fin.

Hasta hace poco pensé de nuevo en volver por lo maravillosa de tu campaña pasada y cuando tú, en el discurso con el que nos anunciabas que aceptabas ser candidato, decías que volverías por todos e incluso, por gente como yo.

Te echo este cuento porque, aunque parezca ridículo, lo más fácil para un político cualquiera, es ganar una elección. Lo difícil está en lograr un cambio, educar y convertir a los habitantes en ciudadanos y procurar que esos ciudadanos sean prósperos aunque ya no se les gobierne. Porque los «líderes», Henrique, no son eternos.

Tu campaña, hasta ahora, era impecable. Evolucionó como debía. Presentaste una opción diferente, la gente se sintió esperanzada y ahora pasaste a ser frontal y a señalar las fallas del contrario. Pero, y lamento que aquí venga el pero, aparecieron las descalificaciones e insultos.

¿Qué es eso de Toripollo? Me vas a disculpar pero, tú has recibido innumerables insultos, todos los opositores nos hemos sentido descalificados por el discurso oficial y éste ha sido tan efectivo que muchos dicen «soy majunche y qué» cosa terrible y muy al estilo de 1984.

¿Qué le vamos a decir o cómo vamos a defender a la comunidad homosexual cuando les digan maricos? ¿Cómo defenderemos a las periodistas que no están con el gobierno cuando les digan putas? ¿O qué le voy a decir a mis hijos cuando escuche tus discursos y le digas toripollo u otra cosa al otro candidato?

No habrá diferencia Henrique, 14 años de insultos son suficientes, un sólo ejemplo de lo que NO se debe hacer ya es bastante.

Y es que con descalificaciones u ofensas estas alimentando al Troll, como se dice en social media. Alimentas el odio en los extremos: los opositores que dicen que los chavistas son unos monos inmundos y a los chavistas que nos dicen putas, mariconsones, majunches…

Llegó la hora,como tú dices, pero de hacer política para educar, para crear ciudadanía, para trascender, para ser más que un presidente. Venezuela necesita un Estadista, necesita crecer desde los individuos y sus capacidades. Ganar una elección, en estos momentos, es lo más fácil del trabajo que se nos viene.

5 comentarios en “Se puede tener un mejor Discurso Henrique

  1. Excelente… Opino lo mismo que ud.. A mi parecer caer en el juego del «Presidente Encargado» lo descalifica.. Debe mantener su linea de discurso de la campaña anterior en la cual llamaba a la paz y para mi era el candidato perfecto que reflejaba la educacion y vocabulario impecable que debe tener cualquier politico.. Que a sus oidos y ojos llegue esta informacion.!

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  2. Uno estudia para ser un profesional universitario, pero no estudia (lo instruyen) para manejar y convivir con los compañeros de trabajo, sean estos superiores o subalternos.
    Una cosa que aprendí entre el personal obrero, es su increíble habilidad para ponerle sobrenombre a los compañeros de trabajo. Es así como me ha tocado tener que tratar laboralmente con PELO E’ MUÑECA, CULO E’ SEÑORA, MANIQUÍ, ELEFANTE, CABEZA E’ VOLCÁN, CABEZA E’ POTOCA, SIMIO, BURRO CON SUEÑO, CABALLO VIEJO, TARA, MUNRA, CUNAGUARO, MAJIN BOO, PELO E’ NIÑA, CONEJO, PERRO COBERO, CONOTO y un largo etcétera.
    Por qué prefieren dirigirse a sus compañeros por tan enrevesados y a veces largos sobrenombres, nunca lo he entendido. Lo que sí es un hecho, es que el mismo día en que una persona nueva inicia sus labores en la empresa, al final del día tiene su sobrenombre, el cual le durará hasta el día en que se vaya de la empresa. Es casi seguro, que esa persona en otra empresa tendrá otro sobrenombre completamente diferente. Por ahí leí que el colocar un sobrenombre a una persona, es una forma de sentido de pertenencia, que al ponérselo a alguien, lo estoy haciendo parte de mí; en este caso, los obreros con su proceder, lo estarían integrando al grupo laboral. Eso explicaría también el porqué el sobrenombre normalmente se pierde y se adquiere uno nuevo, cuando se van a trabajar a otro sitio. Otra cosa que aprendí, es que nadie se da por ofendido, nadie “se revira”. Todos aceptan el “bautizo”.
    Quizás sea esa la razón por la que Chávez (acostumbrado a convivir y manejar tropa) tuviera esa tendencia a poner sobrenombres a sus adversarios, los cuales (más que apelar a alguna apariencia, forma de caminar o hablar para su designación) tenían una connotación abiertamente descalificadora. Digamos que de alguna forma, Chávez tenía un conocimiento intuitivo de la psicología del pueblo llano y supo siempre explotarla a su favor.
    Recuerdo a JOSELO y sus programas semanales. Él también apelaba al uso de palabras enrevesadas y sobrenombres. Su influencia era tal, que al día siguiente media Venezuela estaba copiando la forma de hablar de Joselo. Joselo era un cómico, no un humorista. Joselo tenía carisma o ángel, lo cual hacía que lo que en otra persona resultara vulgar, en sus labios era una genialidad.
    Entiendo perfectamente su sentir y hasta lo comparto. Soy de los que piensa que el lenguaje que utilizamos no es más que el reflejo de la cultura que poseemos. Pero no podemos juzgar al resto de los venezolanos por nuestra forma de pensar y considerar que todos deben o pueden ver el cristal del mismo color con el que nosotros lo vemos.
    Quiero creer que, de alguna forma, CAPRILES está siendo asesorado y ese discurso de ahora, va dirigido a conquistar a ese venezolano que hasta ahora ve a Capriles con recelo, pues su buenas maneras las asocian con un niño bien, un niño burgués, antes que con las de un venezolano que, al hablar su mismo lenguaje, genere esa necesaria simpatía y acercamiento para conquistar la voluntad del colectivo.
    De hecho, hasta el Rey de la Salsa entra en ese terreno electoral de la familiaridad ramplona cuando nos dice: “si te pintan pajaritos, píntales una paloma”. El jingle, entiendo yo, no fue diseñado para “contestarle o injuriar a MADURO”, sino para generar adeptos a la causa electoral de la UNIDAD.
    Creo que por ahí van los tiros, de ese nuevo Capriles de “hablar malandreado”.

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